Luego de haberse declarado la
emergencia sanitaria por Covid-19, las puertas de la escuela se abrieron
por primera vez el primero de junio. El objetivo era claro: reintegrar a
los alumnos que, durante la suspensión de la presencialidad, habían
tenido dificultades con su vinculación. Quince días más tarde, las
clases se reiniciaron.
Torres, que dirige la escuela hace poco más de un año y medio y ejerce la docencia hace más de veinte, forma parte del Postgrado en Educación que ofrece la Facultad de Humanidades y Educación de la UM, dirigido a directores en instituciones educativas.
Describió que al principio “todo era
muy irreal” y que los niños, a pesar de manifestar que estaban contentos
por volver a la escuela, parecían “apagados”. Ni sus risas ni sus
conversaciones espontáneas se escuchaban. Sin embargo, comentó que poco a
poco, y con un gran trabajo del equipo docente, los niños empezaron a
sacarse los barbijos en el aula –siempre y cuando la distancia se
mantuviese–, volvieron a mirarse entre sí, a charlas y reír: “La escuela
comenzó a parecerse a la que todos conocemos”, manifestó la
directora.
El amor que Torres siente por la
educación lo descubrió en 1998 cuando comenzó sus prácticas en una
escuela ubicada en la periferia de la ciudad: “Inmediatamente me enamoré
de ella, de aquellos niños humildes que te abrazaban con sus miradas,
de las familias, de las maestras que hablaban con tanto compromiso y
cariño de sus alumnos y dije ‘este es mi lugar’”.
En la actualidad, Torres está a cargo
de 338 alumnos desde inicial 4 a sexto, con el apoyo de un cuerpo
académico compuesto por catorce maestros de aula, una maestra
secretaria, una maestra itinerante, una profesora de educación física,
otro de educación artística, tres de italiano, uno remoto de inglés y
cuatro funcionarias no docentes.
¿Cómo comenzó la rutina en la escuela bajo las nuevas normas de sanidad?
Desde el primer día tuvimos una convocatoria alrededor del 80 %. Destaco
el compromiso de las maestras que hacen un monitoreo permanente de la
asistencia, conociendo cada día el motivo de las ausencias. Eso hace la
diferencia para alumnos y familias: tu presencia importa. Si no estás
queremos saber el motivo.
En este momento los alumnos asisten dos
veces a la semana, tres horas diarias como lo establece el protocolo,
divididos en dos subgrupos, con excepción de los sextos años que está
concurriendo todo el grupo los cuatro días para potenciar el egreso
escolar.
Esta iniciativa surgió de las propias
maestras y con el apoyo de las familias. Se hizo una marcación
exhaustiva del salón para garantizar el metro y medio entre alumnos, se
enviaron fotos a las familias y se hizo la convocatoria. Ese esfuerzo se
recompensó con una asistencia del 100% de los alumnos.
También concurren los cuatro días un
promedio de dos a cuatro alumnos por clase, que necesitan ser
focalizados por diferentes motivos. En este aspecto los maestros hacen
un gran trabajo aprovechando los encuentros presenciales con propuestas
de calidad y proyectando las propuestas virtuales como una continuación
de las presenciales. Atienden y potencian sus aprendizajes.
Cada aula cumple estrictamente con las
distancias estipuladas, así como los espacios de uso común. La idea
siempre es cumplir con las normas sanitarias sin perder la alegría que
debe impregnar una institución educativa.
¿Qué desafíos generó el regreso a clases?
El primer desafío fue pensar y organizar un retorno acordado entre ambas
instituciones, ya que nuestra escuela comparte local escolar con la
Escuela Nº 1, que funciona en la mañana. Hubo que reorganizar salones,
acondicionar espacios, adaptar accesos y galerías y se elaboró un
protocolo escolar para comunicárselo de manera amena y efectiva a las
familias.
A través de un blog, videos, audios y
encuentros virtuales nos acercamos a través de la imagen y la palabra
cargada de afecto en los hogares, para informar y abrir todos los
canales de comunicación que las familias podían usar para contactarse y
despejar dudas. Todo se encuentra en nuestro blog.
¿Realizaron reuniones con otros centros de la región para acordar formas de adaptación a la nueva realidad de la enseñanza?
Las reuniones virtuales fueron un excelente mecanismo de comunicación y
optimización de los tiempos. Con el grupo de directores departamentales
tuvimos encuentros con frecuencia en los que fuimos construyendo una
forma de volver a la escuela, donde las ideas circularon con
horizontalidad y donde las buenas ideas se replicaron.
Estoy convencida profundamente de que
este es el camino de mejora de las escuelas públicas: directores
proactivos, con mentes abiertas, pensando y aprendiendo juntos. Quienes
me conocen saben que tengo interés permanente en compartir lo que estoy
haciendo y aprender de lo que hacen los demás. Para no perder nunca la
mirada extranjera sobre nuestros haceres necesitamos trabajar con otros,
para que nos ayuden a ver mejor y más lejos.
En ese camino estamos. Nuestra escuela
realizó un trabajo de recolección de evidencias de aprendizajes en julio
y una replanificación curricular. Se tomaron como base los perfiles de
egreso, se hizo foco en que las actividades presenciales fuesen potentes
y apunten directamente al abordaje de esos contenidos.
¿Qué reacciones tuvieron los chicos a la nueva realidad? ¿Alguna anécdota que se pueda compartir?
Hace unos días un niño de sexto, mientras le hacía las preguntas del
protocolo, me dice: “Tengo unas ganas, directora, de darle un abrazo que
ni se imagina”. Los que amamos la escuela sabemos que esas son las
cosas que nos llenan el alma y nos recargan de energía.
Y qué decir de los pequeños de inicial,
son un tesoro. Conocen las reglas y hasta se las recuerdan a las
maestras. Verlos tan pequeños con sus barbijos, cumpliendo con el lavado
de manos, pero sin perder su ternura, su inocencia, sus ganas de
jugar... realmente emociona.
¿Tomaron algún modelo internacional/nacional de referencia para el modelo de clases y adaptación?
En este punto ha sido sumamente enriquecedor el aporte del Postgrado en
Educación de la UM. Tener la oportunidad de participar de instancias de
formación e intercambio con directivos de España, Finlandia y centros
educativos de excelencia que tiene nuestro país, realmente abre la
cabeza a cualquier directivo. Luego, cada uno conjuga esos aportes a su
propia realidad, lo que es aplicable y lo que no, pero, sin dudas, se
proyecta la gestión escolar con otra visión.
¿Qué herramientas te brindó el
postgrado durante los meses de enseñanza a distancia y para este momento
de readaptación a lo presencial?
Los profesores que conformar el equipo docente realmente son
maravillosos. Su conformación y recorridos profesionales son muy
diversos y eso brinda un abanico de miradas que nos aportan un nivel
destacado.
Esta fue mi segunda postulación y
realmente aprovecho al máximo la oportunidad y devuelvo con trabajo y
responsabilidad el privilegio de haber sido seleccionada con una beca
completa.
En esta etapa de suspensión de la
presencialidad, el postgrado siguió sus cursos con normalidad, pero de
forma online. Nos enseñaron a utilizar plataformas y potenciar
herramientas digitales, además de que generaron instancias de formación
en todos los aspectos: desde encuentros internacionales
hasta intercambios sistemáticos entre pares. Sin lugar a dudas
permitieron la circulación de saberes y conformaron una red de
directores en todo el país pensando cómo hacer mejor su trabajo.
https://um.edu.uy/noticias/una-escuela-ejemplar-bajo-la-nueva-normalidad
Sobre el Postgrado en Educación:
El título otorgado en el Postgrado
en Educación de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad
de Montevideo es la “Especialización en Liderazgo, Gestión e Innovación
educativa”. Este programa de dos años, que comenzó en el 2017 y ya va
por su tercera generación, tiene una duración de dos años y es 100%
gratuito gracias al apoyo de la Fundación ReachingU y Fundación Beisso Fleurquin.